
Sandra
López Lauro
sandra_lopezlauro@tic.org.ar
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15
de junio de 2006
Un
día de teletrabajo |
Algunos
días, como hoy, me levanto bien
temprano tomo un desayuno con mis hijas,
y cuando se van al colegio, prendo
la computadora. Que sería lo
mismo que decir “me voy a trabajar”,
pero en realidad me quedo en casa.
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En
la pantalla aparece primero mi canal de contenidos
que me mantiene informada durante
todo el día (Feeds RSS). A continuación
y de manera secuencial comienzan a abrirse
los medios de comunicación que me mantienen
vinculada con el mundo: primero el programa
de correo, donde también almaceno los
datos de mis contactos y llevo una lista de
tareas pendientes (que me avisa si tengo alguna
fecha programada que está por vencer!).
Mientras llegan los nuevos correos, me voy
conectando a los programas de mensajería
instantánea y a Skype. Ya estoy lista
para comenzar a teletrabajar.
Durante mi jornada, lo habitual será enviar
y recibir archivos para/de mis clientes, ya
que siendo consultora en tecnología
informática, me toca por ejemplo, resolver
algunas planillas de cálculo complejas,
diseñar una base de datos o diseñar
una página web.
También me pondré en contacto
con los diseñadores, instructores o
programadores de mi equipo, que seguramente
a lo largo del día los veré conectados
y podremos conversar sobre algún trabajo
que tenemos pendiente, o podré estar
al tanto de sus avances.
En algún momentito del día, tengo
que aprovechar para hacer algunas transferencias
bancarias, para estar al día con mis
gastos. Por supuesto que no voy al banco, lo
tengo en la compu!
A la tarde tengo agendada
una reunión
con otras 3 personas. Ellas viven en diferentes
localidades del interior del país, por
lo que nuestra reunión será virtual.
Tengo preparado un material que quiero que
lean y que puedan seguir durante la reunión,
para lo cual subiré ese archivo a un
espacio común que generamos en la Web.
Todos podremos colgar archivos en ese lugar,
y acceder a leerlos cunado lo necesitemos.
A la hora señalada, estaremos los 4
online y el moderador del encuentro irá guiando
la conversación.
Después de la reunión tengo
que salir. Antes de irme, conecto mi agenda
electrónica (handheld) al puerto USB
de la compu. Sincronizo la información
de mi PC de escritorio con la del dispositivo
móvil, de manera que me llevo conmigo
toda la info que puedo necesitar: correos,
lista de tareas pendientes, datos de los contactos,
etc.
Me
pregunto: ¿hago algo muy diferente
a lo que hace una persona que trabaja en una
empresa bajo relación de dependencia?
Me respondo: ¡No! Sólo que uso
los recursos tecnológicos disponibles,
me mantengo actualizada permanentemente y tengo
que estar muy atenta a mi propia organización
de las tareas.
Me pregunto: ¿una persona con discapacidad
motriz o auditiva, podría hacer mi trabajo?
Me respondo: ¡sin ninguna duda!
El espacio virtual es de todos.
Depende de cada uno de nosotros el usarlo
o ignorarlo.
Pero te puedo asegurar que una vez que entras,
el mundo se hace más pequeño,
más accesible, más cercano y
más veloz.
Y vos, ¿en qué etapa estás?
Sandra López Lauro |