Por
Erika
Rubaja
Diseñadora Gráfica / Web
http://www.erikarubaja.com.ar
info@erikarubaja.com.ar
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Mi
primer experiencia de trabajo a distancia
e internacional es con una Empresa Suiza
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Me
contactó un ingeniero argentino
que vive ahí, encontró mi
sitio www.erikarubaja.com.ar en los buscadores
y me contrató para diseñar
un sitio.
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Estuve
atenta a responder inmediatamente su mail, que
él sienta que estoy disponible, que puede
contar conmigo era parte de mi objetivo. La
rapidez en las respuestas me parece fundamental
para generar presencia, seriedad, responsabilidad,
construye un lazo virtual entre las personas,
sensación de que el otro está.
Muchas veces es preferible contestar: "recibí
tu mail, estaré pensando la respuesta",
el otro sabe que yo recibí la información,
sabe que estoy pensando en su proyecto.
Dar siempre señales de vida.
Otro
punto es observar como el otro escribe, leer
y releer:
Si
es ordenado seguir su orden, si me marea proponer
un orden.
Lo "obvio" deja de existir. Siempre
preguntar. Recordar el cambio horario.
Entre líneas puedo ir perfilando el grado
de confianza que me va despertando la persona.
Y así fue, acordamos un 30% de adelanto,
pero yo ya estaba trabajando antes de recibir
el pago, sentía que así como él
estaba confiando yo tenía, quería
poner mi parte.
Mi
entusiasmo por la experiencia se "veía"
y pienso que esto generó entusiamo en
el ingeniero también para que podamos
empezar a interactuar. El entusiasmo despierta
compromiso y confianza.
Para
poder trabajar a distancia pienso es necesario
tener predisposición al orden, a tener
en cuenta al otro, a redactar pensando en que
el otro lo tiene que entender si o si, es importante
pensar en las diferencias culturales: esto es
de lenguaje, de expresión, de actitudes
frente a la formalidad, puntualidad y "confianza".
En
nuestro país la "palabra" fue
perdiendo valor y lamentablemente a veces ya
no confiamos entre nosotros. Para que otro pueblo
confíe nos exige más esfuerzo
todavía, pero el cambio del dolar y la
buena "fama" argentina de "cerebros"
hace que otros pueblos decidan arriesgar en
nosotros y fundamentalmente que todavía
existen pueblos más "sanos"
que viven confiando más cotidianamente.
Nunca
leí nada sobre teletrabajo, no conozco
convenciones. Todo lo fui haciendo en forma
intuitiva, siempre pensando, primero en que
quería vivir la experiencia y segundo
en cómo podía colaborar desde
mi para un buen entendimiento. Siempre pensando
en la calidad de mis palabras, que no dieran
lugar a malas interpretaciones, mucho cuidado
en la forma de expresar juicios de valor. El
respeto siempre está presente.
Nociones
de Programación Neurolinguística
me sirvieron para buscar empatía a través
de las palabras, seguir el estilo del que me
está contratando, para generar "rapport"
y una buena comunicación, entendimiento.
Mi lenguaje tiene que ser familiar para el otro,
si voy a utilizar alguna palabra que creo es
dudosa en la significación, la explico
por las dudas, no dejo librado al azar si la
entenderá. De a poco vamos "armando
un diccionario" entre los dos.
Si
él me habla de "pantalla",
no le contesto refiriéndome a los mismo
con otra palabra como "pagina", busco
de utilizar su mismo vocabulario.
Muchas
veces me pregunté si era necesario ser
muy talentosa con mi trabajo para poder "tener
mucho trabajo", hoy creo que "saber
escuchar" y "responder" constituyen
un alto porcentaje en la concreción de
una contratación y es parte del talento
en si mismo. Es todo un arte
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